jueves, 9 de diciembre de 2010

Poli Rivera, orfebrería ceremonial.



Situado en el barrio la Chimba, desde el APU WECHURABA surge un arte que evoca el dolor del pueblo indigena frente a la brutal fractura espiritual y cultural que acontece desde cientos de años y hasta nuestros días, un silenciamiento reflejado en el hecho histórico de las crueles decapitaciones de lonkos y tokis en los años de la usurpación.





Un arte vivo que recoge la voz silenciada de una cultural original como una contribución a la unificación de pasado presente y futuro de los distintos habitantes de una misma tierra, de una misma fuente de luz, amor y armonía que nos conduce a una raza cósmica y una nación arcoíris.



Este arte simboliza un camino de unión entre diferentes culturas que promueven un entendimiento superior, un camino de trascendencia desde individuo hacia el cosmos.



Al igual que las culturas orientales y mesoamericanas, la cosmovisión mapuche sostiene que trascender al mundo espiritual equivale a seguir una ruta en ascenso, una escalada de niveles desde la tierra al cosmos.





Así es como, en el juego del arte vivo y la integración de culturas es que esta propuesta de artesanía se ha centrado en piezas de joyería que integran visiones de ancestros orientales con nuestros antepasados, desarrollando de este modo una propuesta multicultural que une la visión de los chakras con el valor simbólico del rehue como escalera cósmica en busca del contacto con el gran arquitecto universal, donde cada peldaño es un crecimiento en sabiduría.



Un trabajo de orfebrería con simbolismo indígena de tocados y coronas que en una mixtura cultural se han desarrollado inspirados en geometría y arquitectura sagrada de pueblos originarios, alcanzando formas de Inipi y Chakana.



Un conjunto de piezas elaboradas en bronce, cobre, alpaca y plata con aplicaciones de piedras como amatista , piedra cruz, crisocola, obsidiana y cuarzo que en su juego de formas y detalles se conectan con el valor de los chakras sexto y séptimo, de la corona y del tercer ojo, a los mismos peldaños finales de conexión cósmica que nuestros antepasados no pudieron acceder por la fractura histórica que hasta nuestros días nos divide e impide avanzar.









Coronas.



Piezas elaboradas en cobre con aplicaciones en plata y piedras cruz y amatista.



Inspiradas en la chakana y el diseño de construcciones indígenas como el Inipi.







Tocados.



Piezas elaboradas el cobre, bronce y alpaca, con aplicaciones de piedras amatista, crisocola y obsidiana.



Inspiradas en el trarilonko mapuche



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